Para todos mis amigos que viven con la esperanza de ser grandes algún día…
Desde que entramos al salón de clases el primer día la primera pregunta
que se nos hace es ¿Que vas a ser cuando seas grande? Todavía encuentro
esa pregunta estúpida, falta de sustancia y un tanto repetitiva.
Recuerdo como ahora que todos los niños querían ser bomberos, policías y
hasta vendedora de dulces y ropa como mi hermana siempre decía. Yo por
el contrario siempre dije que quería ser maestro. Aseguraba que quería
serlo solo porque me fascinaba corregir exámenes; era el poder, la
tiranía y control sobre mis manos, incluso recuerdo que les corregía los
trabajos a mis maestros de Escuela Intermedia. Según fue pasando el
tiempo y me fui moldeando a los estigmas sociales cambié y quise ser
Doctor. En realidad no quería ser doctor, aunque admito me desvivo por
la ciencia. Para mi eran los únicos que ganaban dinero después de los “bichotes’’,
profesión que no estaba disponible ninguna de las aplicaciones que
llené para entrar a la universidad (en la que me cogieran).
Por fin me llegó la anhelada carta de admisión de la UPR de Rio
Piedras, diciéndome que era demasiado cabeza hueca como para recogerme
en su reino, me decepcioné. En el entre tiempo me seguían llegando
cartas hasta de = “Cuchifritos College’’ (a los cuales nunca
apliqué). Venían a mi casa a buscarme con tal de que yo le regalara la
tan preciada Beca Pell para rellenar sus arcas. Descubrí luego que había
sido aceptado a la UPR recinto de Ponce, en la facultad de Biología –“Seré Biólogo’’
pensé en mis adentros. Ya por fin estaba encaminado, iba a ser biólogo.
Sin embargo me di cuenta que en esta etapa de mi vida ya no se
preguntaba “¿Qué vas a ser cuando seas grande?” Sino “¿Qué estudias?” Yo con el pecho inflado de orgullo aseveraba enérgicamente ¡Biología!, la siguiente pregunta es la que me jodía la existencia y me la sigue jodiendo, ¿Pa’ que? –Como que ¿pa’ que? preguntaba yo confundido. ¿Pa’ que sirve eso?
Esa fue la pregunta que me hizo cambiar, odiar la humanidad y evadir
conversaciones que envolvieran tópicos de mi vida prospectiva. Me harté
de la gente y sus comentarios y el reflejo de sus frustraciones de no
ser nadie en la vida y de tener por hijos un chorro que “queda’os’’.
Yo estaba seguro de lo que hacía, solamente ¡POR QUE SI! Debo mencionar
que me cambié de concentración por aquello de la vocación y el llamado
que nos hace la vida o por que simplemente tenía un promedio asqueroso,
hasta yo mismo me preguntaba ¿Pa’ que diablos yo estudio esto?
Entonces fue cuando crucé al lado oscuro, el cuco, el hogar de los
indigentes marihuaneros libertinos y desempleados: La Facultad de
Humanidades. Hasta los profesores me miraban con pena y un poco de asco
me atrevería a decir ¿Estás seguro? Me preguntaban y yo les replicaba:
¡cualquier lugar es mejor que esta facultad aburrida y desabrida! Hice
mi entrada triunfal al lado oscuro a estudiar Idiomas extranjeros, ¿Pa que tu estudias eso?
Me cuestionó un allegado -para hablar dos idiomas más que tú, dije,
-cabrón, pensé. Sin embargo aun estaba la incógnita de “que sería cuando
fuera grande’’. ¿Cuando se es grande? ¿A que edad es que uno cruza ese
umbral? Ya hablaba francés con la misma fluidez que el español al igual
que el italiano pero o no sería nadie o simplemente aun no era grande.
Fui aceptado a la escuela de derecho, admisión temprana. Ya una vez en
la facultad la preguntita que me rejode la vida cambió, ya no es una
pregunta sino una aseveración “¿Abogado? ¿Otro mas?’’ y ahí es cuando me
asalta el pensamiento -¿De verdad pendejo? También hay doctores y
siguen estudiando, y secretarias e ingenieros y arquitectos y músicos y
maestros y TODAS las cabronas profesiones del mundo, voy a ser abogado y
punto. A poco menos de convertirme en ello aun me sigo preguntando yo
mismo ¿Ya soy grande? ¿Ya llegué? La verdad es que me alegra mirar atrás
y saber que sino hubiera sido por los que me preguntaron un día ¿Pa’
que sirve eso? No hubiera confiado en mi mismo. Aunque no tenga la
certeza de ser grande para SER lo que quiero ser, se por donde voy. A
los que no saben para que sirve una profesión, bueno, o no pasaron por
una universidad o la universidad no pasó por ustedes. Algún día seré
grande, algún día diré SOY.
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