jueves, 4 de abril de 2013

Mínimo Dos Años de Experiencia…




Leyendo las últimas ofertas de trabajo sobre la mesa me he percatado de una particularidad entre todas ellas; la mayoría EXIGE un mínimo de 2 a 5 años de experiencia para cualquier plaza de trabajo ya sea a tiempo completo o a tiempo parcial. El problema detrás de todo esto es que las nuevas mentes emergentes del sistema educativo público o privado que están bien preparadas y  a la vanguardia de la tecnología son menospreciadas por el factor experiencia. Hasta cierto punto  podría entender el requerimiento del patrono de una persona con experiencia porque ello redundaría en una pequeña economía para la empresa, sin embargo, a gran escala redunda en una perdida por que las mentes frescas de nuestras universidades se están perdiendo entre grasosas freidoras de papas y estantes de camisas por doblar por un mal pagado sueldo que no merece la pena ni llorarle una lágrima.
El trabajo es honra, dicen muchos pero también a muchos se les olvida que cada profesional tiene un orgullo que ha cultivado con educación y esfuerzo durante muchos años, que le ha costado dólares y amargas lágrimas.
Por otra parte, hablando del orgullo propio, he visto últimamente como los clasificados de empleos se han dado a la tarea de usar artimañas tratando de engañar a la gente para que apliquen en trabajos en donde lo menos importante es el nombre del puesto si al fin y al cabo la función principal es limpiar, atender gente irreverente o vender de casa en casa algún producto mal fabricado que para lo menos que sirve es para lo que se está vendiendo. Haciendo una visión global de estas vacantes de empleo hago referencia a:
Técnico de limpieza de autos: lo que hace mi vecino por diez dólares; lavar carros. No puedo imaginarme a un ingeniero mecánico aplicando para esta plaza.
Especialista en ventas de AVON: ¡oye! No es que este mal vender AVON pero estas compañías son un engaño, las pobres amas de casa vendiendo desodorantes por ganarse un treinta por ciento y cuando vienen a ver es más lo que han gastado que lo que han ganado. Hasta el sol de hoy no he conocido a nadie que haya podido pagar tan siquiera la mensualidad del celular con lo que gana vendiendo este tipo de productos. No sé cuál es el empeño de hacer énfasis en la palabra ESPECIALISTA si para gritarle a la vecina ‘’NENA ME LLEGARON LOS LIBROS’’ no hay que ser especialista en nada.
Artista Sandwichero: Este tipo de ad lo he visto de las famosas vomitivas empresas SUBWAY de las cuales nuestra isla anda infesta. Volvemos a lo mismo, las pocas veces que he ido a uno de estos restaurantes JAMAS he visto nada artístico en la manera en que se prepara un sándwich. Solo tengo recuerdos de la “amable” “artista” que no hace otra cosa que tirarte de mala manera lo que le vas ordenando. El nombrar este puesto como uno de “artista” es una falta de respeto a las personas que de verdad estudiaron artes y andan buscando un empleo decente en donde puedan demostrar al mundo su talento de una manera que no sea sirviendo fiambres entre dos pedazos de pan.
Y así sigue la historia. Los patronos vampiros inventando puestos que no existen con nombres que a todas luces conducen a error. Y en el otro extremo los jóvenes profesionales con sed de compartir con el mundo su conocimiento y aportar al mundo laboral. De todas formas no nos queda algún otro remedio que aplicar para el puesto de:
 Especialista en ventas empezando con ganancias de ochocientos dólares a la semana’’ ¡JA, JA, JA! quienquiera que se inventó ese puesto es un cabrón (probablemente uno de los que avaló la ley 7) que solo quiere reírse del populacho…

miércoles, 3 de abril de 2013

Corea y la Pataleta…



En estos últimos días hemos tenido un bombardeo de información referente al conflicto bélico que se avecina entre las Coreas y to’ el que se apunte. Me siento un poco atrás en el tema puesto que no se por donde empezó el berrinche ni quien le quitó la Barbie a quien. De lo que sí estoy seguro es que esto es lo más parecido a las peleas que tienen las niñas por quien se quedará con el Ken (siempre hay una Barbie que sale jodía).
 Regresando al tema vuelvo a confesar que soy un ignorante bélico probablemente porque odio las guerras y los conflictos y trato de cancelarlos en mi mente. Sin embargo, a todas luces este conflicto va en serio. No me importa la reacción de EEUU ni la de la drama queen Coreana, al fin y al cabo la raza humana ha estado siempre subyugada al capricho de cualquier cabrón con poder; Bush, Hitler. Lo que sí me preocupa es el estoicismo del mundo en cuanto al tema. Hay un sentir de dejadez en el ambiente que se siente fuertemente. El sensacionalo no ha sazonado las noticias como suele hacer y la información referente al conflicto es tan desabrida como la dieta de un hipertenso.
Hablando de mi país, Puerto Rico, la isla del encanto y los histéricos en cuanto al tema andamos en el limbo. Deberíamos preocuparnos grandemente ya que somos parte de la Nación Americana y cualquier bomba de esa que venga a parar aquí nos aniquilaría en un santiamén. Cada rotativo se ha encargado de notificar las últimas incidencias del conflicto y en esta islita Caribeña ni nos inmutamos. ¿Será porque la gente ignora el tema como yo lo ignoro?  ¿Será por falta de conocimiento del mundo bélico? No creo. Mi análisis al respecto referente a la desidia sobre el tema me lleva a concluir lo siguiente:
1. Estamos hartos de que nos violen como pueblo una y otra vez con cuanto impuesto se le ocurre al gobierno.
2. Estamos hartos de que se nos mienta descaradamente a los que sabemos la realidad de nuestro país.
3. La gente está harta de buscar trabajo y que solo hayan vacantes para freír papas en algún restaurante de comida rápida.
4. Estamos hasta el tope de ver como los políticos (de aquí y de allá) se llenan los bolsillos y le llenan los bolsillos a sus amigos.
5. Estamos hartos de que el gobierno joda con nuestras habichuelas cada vez que le sale de las pelotas.
Estamos hartos de todo. Andamos cansados de la mala racha roja y azul y a lo mejor por eso nos da igual que mañana empiece la guerra, que nos tiren cuatro bombas y explotemos como cohete de fiesta patronal a ver si acaba esta mierda en un dos por tres.
Eso sí, hago una petición a la Diva Norcoreana llorona a que apunte si primer misil a la Honorable Casa de Las Leyes a ver si explotan como sapos to’ ese chorro e cabrones de una buena vez…

Yo No Soy Racista...



No soy racista...
Últimamente esta frase la vengo escuchando muy a menudo o leyéndola en algunos comentarios cibernéticos. La realidad es que cada vez que me topo con ella me causa cierto tipo de repulsión. No es que la gente no tenga derecho a expresar lo que es y lo que no es, sino que dicha expresión encierra una cantidad de matices que se deben evaluar con cuidado.
Aseverar que no se es racista implica que la persona dentro de sí ha tenido un divergencia entre lo que es blanco y lo que es negro y tiene que dejarle claro al mundo que en efecto no es racista y que de hecho es inclusivo con el que no es blanco.
Más allá de la sola expresión es como un salir del clóset de los que no ven el mundo de un solo color; es el ‘’coming out’’ de los que fueron racistas.
El punto aquí estriba en que una vez se es racista toda la vida se vivirá con esa demarcación territorial en el sistema. Si una persona siente la necesidad de estar gritándole al mundo lo inclusivo que es con los negros es porque dentro de sí hay una separación taxativa entre lo blanco y lo negro.
Sin embargo, yo no creo que ninguna persona que no sea blanca debería andar por la vida buscando quien anda por ahí pregonando que no es racista para acercársele y no sentirse rechazado. Ni que nadie deba andar con un cartel que diga ‘’hola, no soy racista’’.
El término ‘’no soy racista’’ más que ser inclusivo lo encuentro racista y discriminatorio proveniente de alguien que se cree superior pero que entiende que dentro de sí está haciendo un esfuerzo sobre humano para poder llevar la carga de darle el mismo trato a un negro que a un blanco.

martes, 2 de abril de 2013

Cuando Sea Grande...

Para todos mis amigos que viven con la esperanza de ser grandes algún día… 

     Desde que entramos al salón de clases el primer día la primera pregunta que se nos hace es ¿Que vas a ser cuando seas grande? Todavía encuentro esa pregunta estúpida, falta  de sustancia y un tanto repetitiva. Recuerdo como ahora que todos los niños querían ser bomberos, policías y hasta vendedora de dulces y ropa como mi hermana siempre decía. Yo por el contrario siempre dije que quería ser maestro. Aseguraba que quería serlo solo porque me fascinaba corregir exámenes; era el poder, la tiranía y control sobre mis manos, incluso recuerdo que les corregía los trabajos a mis maestros de Escuela Intermedia. Según fue pasando el tiempo y me fui moldeando a los estigmas sociales cambié y quise ser Doctor. En realidad no quería ser doctor, aunque admito me desvivo por la ciencia. Para mi eran los únicos que ganaban dinero después de los “bichotes’’, profesión que no estaba disponible ninguna de las aplicaciones que llené para entrar a la universidad (en la que me cogieran).

     Por fin me llegó la anhelada carta de admisión de la UPR de Rio Piedras, diciéndome que era demasiado cabeza hueca como para recogerme en su reino, me decepcioné. En el entre tiempo me seguían llegando cartas hasta de = “Cuchifritos College’’ (a los cuales nunca apliqué). Venían a mi casa a buscarme con tal de que yo le regalara la tan preciada Beca Pell para rellenar sus arcas. Descubrí luego que había sido aceptado a la UPR recinto de Ponce, en la facultad de Biología –“Seré Biólogo’’ pensé en mis adentros. Ya por fin estaba encaminado, iba a ser biólogo. Sin embargo me di cuenta que en esta etapa de mi vida ya no se preguntaba “¿Qué vas a ser cuando seas grande?” Sino “¿Qué estudias?” Yo con el pecho inflado de orgullo aseveraba enérgicamente ¡Biología!, la siguiente pregunta es la que me jodía la existencia y me la sigue jodiendo, ¿Pa’ que? –Como que ¿pa’ que? preguntaba yo confundido. ¿Pa’ que sirve eso? Esa fue la pregunta que me hizo cambiar, odiar la humanidad y evadir conversaciones que envolvieran tópicos de mi vida prospectiva. Me harté de la gente y sus comentarios y el reflejo de sus frustraciones de no ser nadie en la vida y de tener por hijos un chorro que  “queda’os’’. Yo estaba seguro de lo que hacía, solamente ¡POR QUE SI! Debo mencionar que me cambié de concentración por aquello de la vocación y el llamado que nos hace la vida o por que simplemente tenía un promedio asqueroso, hasta yo mismo me preguntaba ¿Pa’ que diablos yo estudio esto? Entonces fue cuando crucé al lado oscuro, el cuco, el hogar de los indigentes marihuaneros libertinos y desempleados: La Facultad de Humanidades. Hasta los profesores me miraban con pena y un poco de asco me atrevería a decir ¿Estás seguro? Me preguntaban y yo les replicaba: ¡cualquier lugar es mejor que esta facultad aburrida y desabrida! Hice mi entrada triunfal al lado oscuro a estudiar Idiomas extranjeros, ¿Pa que tu estudias eso? Me cuestionó un allegado -para hablar dos idiomas más que tú, dije, -cabrón, pensé. Sin embargo aun estaba la incógnita de “que sería cuando fuera grande’’. ¿Cuando se es grande?  ¿A que edad es que uno cruza ese umbral? Ya hablaba francés con la misma fluidez que el español al igual que el italiano pero o no sería nadie o simplemente aun no era grande. Fui aceptado a la escuela de derecho, admisión temprana. Ya una vez en la facultad la preguntita que me rejode la vida cambió, ya no es una pregunta sino una aseveración “¿Abogado? ¿Otro mas?’’ y ahí es cuando me asalta el pensamiento -¿De verdad pendejo? También hay doctores y siguen estudiando, y secretarias e ingenieros y arquitectos y músicos y maestros y TODAS las cabronas profesiones del mundo, voy a ser abogado y punto. A poco menos de convertirme en ello aun me sigo preguntando yo mismo ¿Ya soy grande? ¿Ya llegué? La verdad es que me alegra mirar atrás y saber que sino hubiera sido por los que me preguntaron un día ¿Pa’ que sirve eso? No hubiera confiado en mi mismo. Aunque no tenga la certeza de ser grande para SER lo que quiero ser, se por donde voy. A los que no saben para que sirve una profesión, bueno, o no pasaron por una universidad o la universidad no pasó por ustedes. Algún día seré grande, algún día diré SOY.

La Caballerosidad Pasó de Moda



...Y cuando digo que pasó de moda es que simplemente es un término arcaico que se sigue utilizando para atacar al colectivo masculino cuando actúa de una manera descortés en relación a las mujeres. Son las mujeres las que se quedaron en el medioevo con el bendito refrán y siguen comportándose como aldeanas salvajes.
Todo esto lo medité mientras me encontraba en el supermercado y me topé con más de tres mujeres carentes de “caballerosidad’’.
¿Por qué la sociedad se empeña en dejarle al hombre toda la carga de la cortesía y los buenos modales? Yo creo que con el comentario que mas me siento discriminado como hombre es cuando alguien dice “que poco caballeroso’’. Entonces, ¿Cómo podría yo describir a esas salvajes mujeres que salen a la calle todos los días con ganas de matar a alguien con tal de no ceder el paso? La caballerosidad es un término feminista, raya en lo discriminatorio y me causa repulsión.
Les enseñamos a nuestros hijos a ser caballerosos y a nuestras a hijas a aspirar a estar con un hombre caballeroso pero nadie les habla a las mujeres de la “caballerosidad femenina’’. Contradictoriamente, hemos visto una lucha por la igualdad de género pero a algunas de ellas se les ha olvidado que el ser igual significa comportarse igual, tener buenos modales, dar las gracias y ceder el paso de vez en cuando.
Esto, espero no se tome como un ataque a las mujeres ni a su colectivo, sino como una crítica constructiva para poder ir enseñándole a las niñas que también ellas tienen el deber de dar paso en la carretera, dar los buenos días y de vez en cuando aguantarle la puerta a algún caballero y devolver el favor; aun nadie se ha muerto por ser caballeroso o por  simplemente tener buenos modales.
Regresando a mi anécdota, en menos de veinte minutos me topé con tres mujeres poco caballerosas ( no hay otro término para describir la conducta descortés femenina hacia un hombre): la primera prefirió lanzarme su auto y casi atropellarme cuando me encontraba esperando para cruzar  aun cuando ella me había visto, la segunda me quitó un carrito de compras en el supermercado que ya tenía par de artículos y se abstuvo de preguntar a quien le pertenecía el bendito carro y la última se me coló en la fila con toda la tranquilidad del mundo como quien piensa “!ESTA VAGINA ME DA UN FREE PASS EN TODO!’’ no pude evitar decirle con mucha severidad “!que poco caballerosa es usted!’’.