Leyendo las últimas ofertas de trabajo sobre la mesa
me he percatado de una particularidad entre todas ellas; la mayoría EXIGE un mínimo
de 2 a 5 años de experiencia para cualquier plaza de trabajo ya sea a tiempo
completo o a tiempo parcial. El problema detrás de todo esto es que las nuevas
mentes emergentes del sistema educativo público o privado que están bien
preparadas y a la vanguardia de la tecnología
son menospreciadas por el factor experiencia. Hasta cierto punto podría entender el requerimiento del patrono
de una persona con experiencia porque ello redundaría en una pequeña economía para
la empresa, sin embargo, a gran escala redunda en una perdida por que las
mentes frescas de nuestras universidades se están perdiendo entre grasosas
freidoras de papas y estantes de camisas por doblar por un mal pagado sueldo
que no merece la pena ni llorarle una lágrima.
El trabajo es honra, dicen muchos pero también a
muchos se les olvida que cada profesional tiene un orgullo que ha cultivado con
educación y esfuerzo durante muchos años, que le ha costado dólares y amargas
lágrimas.
Por otra parte, hablando del orgullo propio, he visto últimamente
como los clasificados de empleos se han dado a la tarea de usar artimañas
tratando de engañar a la gente para que apliquen en trabajos en donde lo menos
importante es el nombre del puesto si al fin y al cabo la función principal es limpiar,
atender gente irreverente o vender de casa en casa algún producto mal fabricado
que para lo menos que sirve es para lo que se está vendiendo. Haciendo una visión
global de estas vacantes de empleo hago referencia a:
Técnico de
limpieza de autos: lo que
hace mi vecino por diez dólares; lavar carros. No puedo imaginarme a un
ingeniero mecánico aplicando para esta plaza.
Especialista
en ventas de AVON: ¡oye! No es
que este mal vender AVON pero estas compañías son un engaño, las pobres amas de
casa vendiendo desodorantes por ganarse un treinta por ciento y cuando vienen a
ver es más lo que han gastado que lo que han ganado. Hasta el sol de hoy no he
conocido a nadie que haya podido pagar tan siquiera la mensualidad del celular
con lo que gana vendiendo este tipo de productos. No sé cuál es el empeño de hacer
énfasis en la palabra ESPECIALISTA si para gritarle a la vecina ‘’NENA ME
LLEGARON LOS LIBROS’’ no hay que ser especialista en nada.
Artista
Sandwichero: Este tipo de ad lo he visto
de las famosas vomitivas empresas SUBWAY de las cuales nuestra isla anda
infesta. Volvemos a lo mismo, las pocas veces que he ido a uno de estos
restaurantes JAMAS he visto nada artístico en la manera en que se prepara un sándwich.
Solo tengo recuerdos de la “amable” “artista” que no hace otra cosa que tirarte
de mala manera lo que le vas ordenando. El nombrar este puesto como uno de “artista”
es una falta de respeto a las personas que de verdad estudiaron artes y andan
buscando un empleo decente en donde puedan demostrar al mundo su talento de una
manera que no sea sirviendo fiambres entre dos pedazos de pan.
Y así sigue la historia. Los patronos vampiros
inventando puestos que no existen con nombres que a todas luces conducen a
error. Y en el otro extremo los jóvenes profesionales con sed de compartir con
el mundo su conocimiento y aportar al mundo laboral. De todas formas no nos
queda algún otro remedio que aplicar para el puesto de:
“Especialista en ventas empezando con
ganancias de ochocientos dólares a la semana’’ ¡JA, JA, JA! quienquiera que
se inventó ese puesto es un cabrón (probablemente uno de los que avaló la ley
7) que solo quiere reírse del populacho…